Hugo Emilio Ocanto

*** Confía en mí *** - Prosa - - Autor: Kavanarudén - - Interpreta: Hugo Emilio Ocanto -

Dame tu mano. No temas. Confía en  mí.

 

Quiero ser tu apoyo en los días tristes, en esos días que pienses que no puedes más.

 

Quiero ser el lucero que guíe tus pasos en la noche oscura, la luna llena que alimenta tus sueños.

 

Quiero escucharte en tus silencios, en tus pausas infinitas, en tu soledad constante.

 

Te mostraré, poco a poco, tus potencialidades. Tienes tantas, pero tú mismo no logras o no quieres ver.

 

Seré el viento que arranque el velo de la oscuridad que te cubre, que te hace sentir incapaz, que no tienes nada que decir, que no tienes nada que aportar, que eres un ser insignificante.

 

Mira mis ojos, en ellos encontrarás comprensión, respeto, aceptación, incondicionalidad, firmeza, exigencia, pero, sobre todo, amor. El amor que paso a paso te llevará hacia la felicidad, hacia la libertad. Eres un ser creado para ser libre. No hay jaula que pueda encerrar todo lo que estás llamado a ser.

 

Mis hombros están dispuestos a sostenerte y a recoger cada una de tus lágrimas, que para mí, son importantes. No son la muestra de una debilidad, inferioridad, sino lo más puro, expresión sincera de tu alma noble.

 

Tu peor enemigo eres tú mismo. No te dejes llevar por tus complejos. Ellos son la impotencia errante de tu ser inquieto, que arrancan de cuajo tu esperanza. Si tú quieres, solo si tú quieres y me permites, te llevaré de la mano al conocimiento de ti mismo, de tu verdad, de tus debilidades, de tus monstruos personales (no son tan grandes como crees), de tus inconsistencias que se aprovechan del hecho que no las identificas, no las conoces, para esclavizarte. Tú eres mucho más que solo sentimiento, que solo rabia, rencor, fuerza destructiva en tu interior, eres un ser del universo, una potencialidad, una fuerza.

 

No eres responsable de tu pasado, de lo sucedido, de tus traumas de la infancia, pero si lo eres de tu presente y sobre todo de tu futuro. En ti está el poder de cambiar, de decidir que tu pasado no arriune tu presente y sobre todo, tu futuro. De ser ese ser extraordinario que estás llamado a ser. Esa semilla sembrada en ti la puedes hacer germinar o, simplemente, dejarla morir. ¡Arriésgate! Quien no se arriesga en esta vida muere de remordimientos y jamás descubre sus cualidades, sus potencialidades.

 

No seré imprescindible en tu vida. Una vez que aprendas a caminar, caminarás y yo solo tendré la satisfacción de verte partir, de verte extender tus alas y volar, de verte ser….ese día seguiré mi rumbo con la certeza de que has aprendido algo. Simplemente has aprendido a vivir. Esa será mi más grande satisfacción: tú debes crecer….yo disminuir….ese soy yo, un simple pedagogo, acompañante, luz que se consume con el solo objetivo de alumbrar. 

 

Simplemente, confía en mí