El cuerpo sometido en una esfera
pensamientos henchidos por el efecto de todo movimiento
energías liberadas y arrastradas por el viento
se hace verde lo que alguna vez estuvo opaco
actitudes vencidas hace uno o dos siglos
existe un sigilo que desaparece y tensa los sentidos
los ojos están ciegos
y el tacto se hace holograma a tan pocos metros
ficciones aparecidas como imágenes de sueños casi pesadillas
la voz trepidante expulsa una pregunta
los ojos se vuelven precisos a través de una práctica violenta
y en los rostros decaídos se libera indignación preconcebida
la ficción es un voltear de miradas
los sentidos se arremolinan en algún círculo del infierno
y el verde resiste su inembargable clorofila
el tiempo se extiende como una alfombra -a uno o dos metros sobre el nivel de su adoquín-
es un camino que repite el tránsito de todas las almas
el tiempo es blanco y vaporizado
textura de seda que dilacera los sentidos
resultados se exponen si pensamos en el hilo de su tela
explicaciones en las bocas, rostros decaídos y los ojos
La realidad es una negación a su holograma
sus sombras tienen todas las verdades
los sentidos colapsan en esa negación
en esa memoria que apagada es océano de olvido