Las hetairas
Cuando ice La Codicia de los Males
aquel santo varón tan exaltado,
no habrá alguno que ausculte su pecado
y ni forma de hablar en los finales.
Cuando trate de huir por los cañales
las hetairas irán en cada prado,
y con alma de nogal o de ganado
montarán al abad de los carnales.
De la lira entonada y aturdida
con su sangre le dará ego a la vida
mientras pase el efluvio tan obseso.
Y en las tiaras de enconos y virtudes
cantará como el cisne sus laúdes
el eunuco impregnado en el proceso.
Samuel Dixon