Sierdi

PLEGARIA

 

Aunque mis lumínicas auroras se tornen grises

Y la flébil ruina saquee mi sustento.

En palabras castizas, no esté contento.

Pediré al padre misericordia.

 

Cuando la inspiración fluya, con ímpetu hasta el cielo.

Y en un arrebato, me machuque la mente,

Pediré al padre fervientemente.

Porque al Padre, yo quiero.

 

Porque el padre es comprensivo.

En mi corazón, lo recibo.

Velaré siempre a la puerta.

El Señor es mi fortaleza.