Respiro el latido de la flor
mientras balbuceo la vida
que muere detrás del sol
como la sombra del pétalo que cae
cuando nace el ocaso
esquivando el dolor
Respiro el latido de la lluvia
mientras sueño incauto
más allá de la lágrima
del misterio de la niebla
que envuelve los sentidos
redimiendo el dolor
esquivando el olvido
Respiro el latido del viento
mientras el universo gira sobre mi ala
sosegando el huracán de misterios
que sostengo sobre la espalda
en las horas mudas de mi soledad
Respiro el latido del mundo
mientras saboreo su savia infinita
en el número inefable de sus sueños
en la suma indecible de sus raíces
que germinan y se desarrollan
incluso detrás del sol, detrás del ocaso,
donde se vencen mis huesos
muriendo, como un sol redimido