Mis versos lo intentaron
mas no fue suficiente:
resultaron en vano
sus esfuerzos ingentes
de atraer con sus cantos
tu lluvia a mis afluentes.
Hoy mi mano relata
un algo que no fue
y entre escribir escarba
las líneas del papel,
en espera que el alma
resurja ilesa de él.
He tenido a la culpa
tomándola del cuello,
mas no impedí que escupa
su verdad en mi pecho,
y aunque cursi hoy resulta...
¡Me muero por tus besos!
Le pediré a mi Dios
refugio ante tus ojos
y un velo al corazón,
para ya no oir tu tono
ni tu agradable voz.
W.M®