Soliloquio de noche
La noche alista sus arpones
y cual pantera sigilosa,
con la mirada de una diosa
anda observando en los balcones.
Alborozada en sus esquinas
está una incauta mariposa
y bajo acecho hay una rosa,
de ella penden alas y espinas.
Al desenvaine de sus poses
hinco mi espada advenediza,
que al proveer pitagoriza
el corazón de sus desgloses.
En la melena del felino
se erige el cántaro de un trino.
Ayeres
9/18/23