Sabes a galletas, a bloqueador y a papas fritas.
Sabes a agua fresca por la mañana y a chocolate caliente por la noche.
Sabes a libros nuevos y a palomitas de cine.
Sabes a todo lo imaginable y lo perceptible.
Sabes a textura de lana en los dientes, a tinta de plumín y a lluvia.
Sabes a amor, sabías a amor. Sabes a dolor, sabes a muerte; sabes a algo cercano a la muerte.
Sabes a lo más doloroso que mi corazón ha tenido que extrañar. Sabes a mi.
Sabes a soledad.