Escribo para vivir
y escribiendo muero.
Muero y renazco
entre letras y palabras,
como si cada frase
fuese un azote o un beso.
Escribo como tu respiras,
suspendiendo el aliento
e inhalando un trozo de vida
hasta llenarme el pecho.
Escribo para vivir y
escribiendo me ausento.
Deteniendo cada instante,
arrancando el sentido al momento.
Y a veces escribo para morir
porque escribiendo me despellejo
y cada verso es un rio que corre
y cada poema un hondo silencio.