¡La verdad! Yo no se que tenga Nicole.
¿Será que vi en ella más curvas que en una guitarra? ¿Será acaso que tiene más cuerpo que el de la Venus de la Grecia inventada? yo no se que tenga Nicole, pero vaya que me encanta.
Nicole ha de ser mi genio de lámpara. Algo así como un deseo hecho “humana”. Nicole es agua fresca y vino tinto por las noches… y el pan calientito al mate en las mañanas.
Pero a estas alturas Nicole se va, desaparece sin decir nada. Pienso entonces que desde hace mucho me olvida, pienso entonces que desde hace buen tiempo que no me ama.
Vaya que Nicole resultó ser un sueño, algo real mientras duraba. Nicole, ahora sabe a lágrimas… aquellas que por las noches mis ojos derraman.
Yo no se que tenga Nicole que a pesar del tiempo y las nada buenas palabras en adjetivos que me lanzaba un martes 6 de Octubre por la mañana, a pesar de tantas cosas dañadas, a pesar de sus desprecios y el nuevo logro que la acompaña… a pesar de de tantas cosas, mi corazón aún la ama.
¿La verdad? Yo no se que tenga Nicole, que mi corazón con lágrimas o sin ellas, aún la necesita… aún la llama.