No rompas la noche, la luz, la palabra,
no escondas la luna en tu vestido negro,
no marques la ruta del aroma herido,
detén el reloj, la arena y el viento.
Avanza despacio con tu piel de seda
por la senda incierta, cansada enemiga,
del amor secreto, del amor sufrido,
que marca la piel, que a la piel da vida.
Búscame en tus ojos, bésame en tu boca,
no rompas la noche: reza su plegaria,
su canción de ayer, de olvido y recuerdo,
su rumor marchito de incienso y nostalgia.
Siéntete en mis manos, mírame en tu espejo,
no marques la ruta, sucumbe al deseo:
recorre en mis morbos todos tus sentidos:
detén el reloj, la arena y el viento