Sierdi

LA PUERTA ANCHA Y LA PUERTA ANGOSTA

 

¿Oh, dos puertas…?

Una anchurosa como el horizonte,

otra estrecha como cubil.

 

¡Me sorprende!

Tanta gente entornando la anchurosa puerta.

 

Extendía sus amistosas manos, aquella puerta ancha.

No sé, por qué no entré.

 

La otra puerta a pesar de ser angosta, tenía su misterio.

Su estrechez era un reto, avivaba, mi temple y talante.

Guardaba un enigma, un secreto que me impulsaba.

 

Decidí entrar, por aquellas estrechas molduras,

Pero mi orgullo y vanidad, eran gran estorbo para entrar.

 

No es este pórtico otra cosa, que la puerta al cielo.

 

Sentí el deseo de cambiar muchas cosas de mi interior.

Me despojé de tantas cosas… que no sabía que cargaba.

 

Al pasar por aquella estrecha puerta, había abundante agua.

Lloré, muchas veces… ¡lloré!

¡Pero de felicidad ¡

 

Emocionado, por aquella sensación…

llame vehementemente a multitudes que marchaban por la puerta ancha,

Pero ensordecidos por la facilidad de pasar, nunca me escucharon.

 

Una voz que pasaba por los aires me dijo;

Por sus grandes cargas, no pasaran por mi puerta...

...Aquella puerta estrecha.