Anhelo contenerte
cual líquido encerrado en una copa
y así poder beberte
el inmenso deseo que te dopa.
Y quisiera embriagarme de ti toda
y volver a beberte nuevamente
y una vez que la noche se caliente
desgranarte con versos de rapsoda.
Que guarden los suspensos,
que escuchen los gemidos,
que canten los intensos
espasmos del latido
que surcaron la noche,
derramando su ritmo con derroche.