edgardo vilches

VERSO LIBRE

Envuelto en las últimas encrucijadas,

con las cuales me he trenzado,

bebo el trago largo de la tristeza,

sin miedo a la muerte crucificadora,

que me persigue en el viento.

 

Sé que hay días, donde me sonríe

en el sonido ocaso  de un adiós inmortal.

 

Voy tras los pasos de los leones, de un sueño cruel,

que tendido en lo chiflones del carbón lluvioso,

va cubriendo la esperanza de una historia propia.

 

Soy el elegante muerto de un sueño omnívoro;

el pertinaz poeta errante de prosas rotas;

un carcelero de los versos desconocidos;

un músico, sin las melodías que avienten sonetos,

que ha caído al círculo lunar de un bello rostro,

encandilado por el amanecer de una aventura.

 

Llevo sobre mí, los trazos duros del invierno

y un aire latino, que me da una identidad arrancada a golpes.

 

Soy aventurero de los silabarios,

que desplegados en letras cursis,

siguen resonado en un Dios de papel.