Con tus manos en mi cintura
Resbalando turgentes en mis formas
Tapemos el sol y en la penumbra
Lejos de miradas indiscretas
y por la ventana solo entre
cuchicheando el palmar y la brisa
con sus presentes de concha y perlas
cubra por completo nuestra aura
así hechos marea y remolino
huiremos de la rutina y del tedio
Cuántas ansias en tus dedos me atenazan
Y las desfruto encallada en tu arrecife
Hombre de roble plantado firme
Sobre la tierra te hallo siempre
Pero en momentos de solaz
O de confusión y ceguera
Zarpas conmigo al mar profundo
Buscando como argonauta la aventura
remero incansable gallardo y ágil
Sorteando de pasión mis embates
Buscando en el cuerpo el alma única
Que el beso y la caricia llevan
En medio del frenesí carnal
El reconocimiento del cuerpo
Que se inflama, vibra y danza
Buscando confundir en el acto
el cabello, el pecho y aliento
guiados por constelaciones en el idílico viaje
Hallando entre tales delicias la coma y el punto