Cuerpos acorazados dinamitando las playas. Las dunas en el desierto y los pueblos imnombrables. Relampagos nocturnos aniquilan nombres que soñaron florecer alguna vez.
Meditaciones embalsamadas, barcos sin luces naufragando. Yo no aguanté mas y me trepè al arbol mas alto, sin ave, ni fruto, ni sol.
Abajo un corazón titila sin que le quede mucho tiempo, fluye eternamente entre las luces opacas de la rutina.
Todos los problemas son en vano aca, todas las desiluciones pierden su peso
Nos tocarán los timbres los fieles del orden y recaudaràn sus miserables migajas otra vez
El sol se incendió a las seis sobre rascacielos de cristal y antenas chatas y sordas. Todo se derrite en el recorte de este cielo desamparado. La tarde perdió como siempre su pulseada contra la noche azul. Por suerte.