Palabras y pensamientos
del bardo son arsenal...
¿Quién mejor podría expresárlas
que la pluma del poeta,
cuyo poder cual saeta,
le sale del corazón?
Pues cuando siente alegría,
tedio, hastío, melancolía,
simplemente los convierte
en verso con osadía...
Si su corazón henchido
siente orgullo o desconsuelo,
horror o padecimiento;
o si su pecho trepida con coraje
por algún sueño perdido,
lo escribe para que vuele
en las alas del olvido.
¿Quién mejor, puede expresar los anhelos,
la tristeza, el dolor, la ilusión o las quimeras,
y las congojas tortuosas que salen del corazón
que la pluma de un poeta?
Pues cuando anhela soñar,
o cuando sueña que anhela;
cuando siente inspiración al sentir desilusión,
por la pasión, la ilusión
lo pinta como acuarela en una bella canción...
Y cuando el poeta canta debajo de las estrellas,
por la ausencia de su adorada doncella
o a un amor que se va...
Cuando llora por su madre, se despide de su padre,
O si fallece un amigo, lo expresa con increíble emoción
y en elocuente arrebato, con alegre libación
de su pena, con su pluma hace un retrato...
Canciones que nadie quiere cantar,
él, con su pluma acicala a la mujer,
al bohemio, al vagabundo, al soldado,
al vasallo, al bacán, al holgazán y al otario...
Y hasta cual más no poder, le canta así en sus poemas
las fantasías descarriadas en caminos de la vida
o a veredas con destino hacia el destino final...
Escribe árduo también cartas que lisonjean a la carne,
al espíritu y al alma; al universo, a la vida y a la muerte.
Las palabras y los pensamientos
del bardo son arsenal...
¿Quién mejor podría lanzar las palabras cual zaeta
que la pluma del poeta, que salen del corazón?
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