Amor vienes a mí en el vuelo de un pájaro
o en el aroma de una flor,
te confundes con la noche indefinida
o con el amanecer que besa la Tierra dormida,
te oigo en el rumor de las olas
o en los céfiros que acarician mi rostro.
Amor apareces en mis divagaciones,
en la forma imperfecta de las nubes,
en los graciosos contornos de las cosas
como si tu ausencia o la distancia
fueran la ficción creada por un dios ciego.
Amor te revelas en cada uno de mis secretos,
en los sueños que creo reales por un instante,
en la nostalgia al contemplar una vieja carta
llena de palabras vacías que fueron un día
promesas de eternidad y devoción.
En fin Amor de mi alma, cruz de mi deseo,
aunque te hallas ido y la incertidumbre
sea mi porvenir aún sigues a mi lado,
en cada pequeño acto en el teatro de mi soledad.