Esas hojas secas que hablan en las calles son como yo.
Viven hablando y saben que nadie las está escuchando,
a veces pasan llorando sin detenerse si las ignoran.
Yo las miro sin poderles demostrar mi comprensión.
Yo también estoy solo y hago poemas
y mis versos vagan en las calles, vacilaciones.
Ellos son como las hojas secas: que las ven y no los levantan.
Pero ellos bailan, lloran, cantan,
aunque nadie los oiga seguirán cantando; bailan,
aunque a veces lloran cuando están bailando.
Quizás también a ellos alguien los quiera pero no los recoja,
y los miran desde lejos, como con las hojas...
cuando las miro y no las levanto.