Fexcalini

UN PARQUE PRODIGIOSO

Arboles por doquier que no hacen sombra,

las ramas al viento, desnudas de reposo.

Las fuentes salpican un calor hermoso,

Que hace oasis cuando el poro se ahonda.

 

Una paloma cansada bebe de mi tristeza,

sus ojos reflejan el antiguo jardín

En este parque mi soledad es presa,

bajo un cielo sin nubes, de prodigios sin fin.

 

Te vuelves niña sobre el hierro oxidado,

Subida en mis hombros te enamoras de mí.

Mi lejano beso se queda encharcado,

Te dejo marcharte, me dejo morir.

 

Te vuelves niña sobre el hierro oxidado,

Subida en mis hombros te enamoras de mí.

Bajo la entrada un corazón enterrado,

Late contrito sangrando por ti.