Se nutre con miel de abeja
y azahares de durazno
el estro del que le brotan
palabras que yo me guardo.
Mas su voz tiene escondida,
porque es oro para el bardo.
Me da monedas doradas
cuando le regalo un nardo.
Boca en que brotan abejas
murmurando su letargo
a veces dicen palabras
que tienen resabio amargo.
Láminas de oro en que escribe
que yo cual ladrón, me traigo.
Las guardo en caja de mármol;
son para dormir soñando
qué viajamos por el cielo.
Lo navegamos en barco.