Almas desiertas
No pidas que te mire sin quererte,
no pidas que te quiera sin mirarte,
¡qué alegría se me hace con pensarte!
¡Qué calvario se me hace con no verte!
Este mundo de amores es trofeo
en el aura morada en que te miro,
porque basta con un lis y un suspiro
para hallarte en el mundo del deseo.
No pidas a otro amor lo que no tiene,
que este hombre de inocencia es positivo;
solo hablo que en tus brazos soy cautivo,
aunque baile el dolor que me condene.
Samuel Dixon