Disuelvo la agonía
de las conversaciones mentales,
intentan buscar aceptación del resto...
Mas la vida ahora es esto...
Respiro tranquilidad,
a mi alma la invade un sosiego
que no logro poner en palabras.
Sentado en el patio
siento a mi abuelo,
sus pasos efímeros aún resuenan por la casa.
Mientras, un cálido otoño me arrasa.
Camino por sus rincones,
añoranza de lo pasado
que sigue presente.
Sucediendo está...
Mi abuelo partiendo almendras,
aliñando aceitunas...
Repaso cada cuadro,
bellos parajes coloridos
muestran esa esencia
de lo pasado que no tuvo que irse,
de lo pasado que respetaba lo natural.
Da mucho que pensar,
pues aún no ha marchado
y siento la espera de su renacimiento.
Me concentro y lo encuentro,
lo vivo en mis adentros
y lo inmortalizo en las palabras.
Vive en mí,
sucede ahora.
Sonrío por los que tengo
visibles o invisibles.
Y camino por ese campo de flores,
juego con las damas...
me siento junto al río,
mientras los pájaros cantan
y la aldea me envuelve,
fundida en su otoño
cargada de cantos,
de murmullo de limpia agua.
Corre y vuelve en la eternidad,
en su ciclo...
arrojando espejos de nuestros corazones,
guardándolos en el mar
y llorándolos en sus nubes.
La tierra abrazamos,
nutrimos sus plantas
y los peces nos nadan...
mientras reflejamos a los que vienen
a verse a si mismos .