Ojos grande‑oblicuos, obscuros y tiernos,
rodeados de negras pestañas espesas,
aterciopeladas, coquetas, traviesas.
Frívolos ojasos,
inquietas fogatas nocturnas.
Esféricas uvas cubiertas de nieve.
Sutiles y débiles y castos espejos
que producen sólo místicos reflejos
y diáfanos fluidos lacrimosos riegan.
Mirada intrigante
¡Cuan dulce destello!
De fulgor intenso, de brillo tremendo...
Fulminantes ondas de un sol iracundo,
de flagrantes rayos celestes y bellos.
Cuando lloran,
agua sacrosanta emana...
Retina empapante, fresca, acariciante,
suave, sulfurante,
que llorando canta y enternece el alma.
Flor serena y dulce...
Un brillo del mar rodeado de espuma;
reflejo de estrella...
Un rayo de luna.
Espejismo grato...
Esos son tus ojos: Frívolos ojasos...
Inquietas fogatas nocturnas.
*