Lo que come el perro,
después lo vomita.
Si alguno lo imita,
—¿Será algún becerro?
Si están en el cerro,
ladran sin parar,
lo mismo han de hartar
y también morder
y digo: —¡Joder,
dejen de ladrar!
Escueta es la historia
de un perro iracundo
que va por el mundo
sin pena ni gloria.
Le falta memoria
también raciocinio
no tiene dominio
cuando ladra mucho
su canto de chucho
tiene patrocinio.
El perro que ladra
algún miedo tiene
ladra si conviene
porque algo no cuadra.
El perro baladra
a muchos vecinos
pues siendo caninos
lo que hartan vomitan
—¿Y quiénes lo imitan?
—¡Son otros cochinos!
La historia del perro
que ladra y que muerde
ladrando se pierde
como un testaferro.
Si sufren destierro
se van rezongando
y así vomitando
regresan cual ola
moviendo la cola
y siguen ladrando.