Te llamas mía
desde ahora y desde siempre
-y también tu nombre es gloria-
yo te cambio el nombre
te llames como te llames
-debes llamarte de tal modo
que al nombrarte el universo esté en orden-
como los destellos luminosos
que propician vida en los campos
-como la vida que abre sus pétalos
para colorear los paisajes-
flor y fuego que me ama y amo
hueles a vida y a flores
cuando me quemas el alma
-oh mía: ya nuestros labios
se han aproximado-
me han robado la sonrisa
y tú dejaste de mostrarte sonriente
¿tanta complicidad
no perdurará hasta la muerte?