Gusanos sobre los bordes de aljibes de marmol. Fumando sus cigarros mas prohibidos les suplican a culebras reparo y escondite. La paranoia mas cruel los atrapó otra vez. Carasius se devoran asi mismos, aletas deshechas, algas podridas, flotando sin suerte, burbujas aceitosas de silencio.
Se dilatan las pupilas aterradas, se duerme si se puede. Enjambres de abejorros viajan embriagados de un anis siniestro
Rameras y sacristanes que hablaron mucho ya, callaron hoy. Será que hasta ese murcielago que raja la noche, sabe bien quien es aqui