Si supieras del lápiz y de la pobre libreta
que guardan el verso, el amor y el llanto,
una risa, un suspiro y desencanto,
derramándose el alma de poeta.
Tu voz es como oír la Ocarina del Tiempo,
y tu cuerpo es la bella reliquia dorada,
tus ojos reflejando a una enamorada,
la cual tienes bebiendo de los vientos.
Salva mi mundo, de la maldición oscura,
mi héroe, a mis labios vuelva el color,
olvídate de todo, y dame tu amor...
Pues mi mundo, ya tuyo sería,
en tu cuerpo encontraré la cura
y para siempre tu voz será mi guía...