Luis Roberto Otero

Soneto al ocaso

Bendito sea el violeta en el cielo;

el tono,la silueta y luz que llega

ante la penumbra, a la vista ciega

que de poco no brilla por el velo.

 

Bendito el mito visto desde suelo.

Bendito, ajeno el astro que navega

hoy en México, mañana en ciudad griega.

Hoy que es violeta y mañana desvelo.

 

Ahora,cada pista y cada paso

sin quererlo, trata y lleva al ocaso

de esta luna de dudosa mitad.

 

A lo lejos, tan blanca, tan brillante

que de muy poco, parece un instante

aquella presencia en esta ciudad.