Quiero ceñirte el vestido
cuando la edad te lo impida,
quiero mi vejez unida
a tu cuerpo desvalido;
quiero calzarte el calzado
cuando el dolor paraliza,
quiero mi vejez plomiza
dedicada a tu cuidado.
Quiero peinarte las canas
cuando tu mano no alcance,
quiero en mi vejez romance
sin peaje de aduanas;
quiero ser tu complemento
cuando el error se eterniza,
quiero mi vejez melliza
a tu vejez sin tormento.
Quiero unirme a tu alegría
cuando el alma es melodía,
quiero mi vida a ti atada
cuando el todo sea nada.