Adonde te guardaste
amada mía, saeta me has herido
el corazón de amarte
un inmenso gemido
broto de los espasmos del latido.
A tu castillo huiste
para olvidarme y no recordarme
y en tu jardín te viste
con flores ausentarme
conseguiste la mente evaporarme.
Trague como saliva
y no supe que decir: te amo tanto
que deje una misiva
escrita en esperanto
con estrofas que borbotaban llantos.
Hace tiempo que perdí
mi alma al viento que deje capturarme
con dardos me resentí
silencio enamorarme
por un amor que no he de callarme.