Yo no tengo dineros
sino varios tesoros
esparcidos en varios pueblos.
Son un regalo de Dios.
Yo tengo un calzadeño
alegre y dicharachero
con una sonrisa siempre en su rostro.
Yo tengo un valdepeñero
fiel, leal y alocado
que te hace olvidar lo malo.
Yo tengo un tomellosero
que aunque siempre este perdido
es muy sabio y no lo sabe.
Yo tengo un compadre
que transmite bravura
honestidad y fuerza,
Yo tengo un ciudadrealeño
que descubrí hace poco,
posee un magno tesón
como el de un león.
Yo tengo un alter ego
que es muy sabio,
es un ilustre soñador
con un gran valor
y lleno de esperanza.
Yo tengo un marqués de Urda
que acompaña a todas mis locuras.