Te encontré esta mañana Juancho,
Estabas revocando en la casa de mi infancia
Montado en un andamio no muy alto, algo precario,
Improvisados caballetes y débiles tablones adornaba
La postal de un albañil de cabeza blanca,
Llevabas un pantalón de color marrón claro
Que se mezclaba con la bolsa de cal que doblaste
A tu cintura para no ensuciarte
Inclinabas tu pierna izquierda, casi de punta de pie,
Era para apoyar el balde con mezcla,
La cuchara cargada en tu mano dibujaba
Un pájaro en el aire que se estrellaba en la pared
Con el propósito de ser revoque,
Desde abajo lo observo, y espero por si me pide algo,
Tal vez la regla para allanar o retirar los excesos,
O quizás me pedirá el fratacho o un poco de agua
Para ablandar el mortero, no sé, pero estoy atento,
Tengo un balde adicional esperando, y
Mientras avanza la obra escucho atentamente
Una y otra vez sus repetidas anécdotas
Que acompaño con mi sonrisa,
Me habla de sus amigos que jamás conocí
Pero es como si los estuviese viendo,
Me cuenta de tantos lugares que conoció
De los millones de pesos que ganaba,
Que parecen mucho en su boca, y tan poco
En estos tiempos.
Solo bajas para refrescarte y descansar,
Y en esos minutos me subo al andamio
Para imitarte Juancho.
Te encontré esta mañana, lástima que desperté
De este sueño.