En la noche tibia y oscura, mis labios susurran al oído,
Versos traviesos que al cuerpo incendian, sueños eróticos sin olvido.
Mis manos recorren tu piel, buscando los lugares ocultos,
Donde el deseo despierta, y tu cuerpo responde sin insultos.
El calor se expande, nos envuelve en su pasión ardiente,
Nuestros cuerpos desnudos, enlazados implacablemente.
Cada roce es un gemido, cada suspiro es un lamento,
El deseo se desborda, entre suspiros y gemidos al viento.
Tus pechos desnudos, mis labios los reclaman con ansia,
Las caricias suaves, el placer que se desborda y avanza.
Entre tus piernas abiertas, descubro el secreto oculto,
Tu sexo mojado, en el cual mi lengua danza y tumulto.
El fruto prohibido, el néctar dulce y delicioso,
Que bebo con avidez, y cada sorbo me hace más cautivo.
Y en el tálamo del éxtasis, nos entregamos sin medida,
Las olas del placer, nos llevan en su danza atrevida.
Hasta que la explosión final llega, un orgasmo que nos funde,
Somos uno en la cumbre del placer, el clímax que nos confunde.
El aliento agitado, los cuerpos empapados de sudor,
Somos dos amantes que se aman, en un poema erótico de amor.
Así, en esta noche de pasión inmortal,
Te haré sentir el orgasmo más celestial.
Te llevaré a un lugar donde los sentidos se desbordan,
Donde el éxtasis y el placer se despliegan sin discordia.