¿Evidente resulta a la razón
que al nacer,
a los otros la natura nos obliga?
Aquellos,
que con gusto o en agobio nos arropan,
contraídos diafragmas de silencio, en suma,
nos observan.
Ojos que arrebujan con fisgo nuestras manos sopesan,
si lo dado,
servirá para la guerra.
Que la suerte acompañe nuestras vidas. Y aquellos
ya no piensen en la guerra,
sólo arropen nuestras carnes indefensas
y susurren
el cantar que nos despierta.
Quien con gusto o en agobio nos arropa, de la guerra
ya conoce la tragedia.
Solo nutra de palabras nuestro canto
porque un mundo de figuras
nos espera.
Con el canto constreñido en el susurro que despierta,
y en el eco de otros cantos la templanza
se acrecienta,
con rigores,
que endurecen nuestras carnes,
indefensas,
indómitas
para la guerra.
Claudio Javier Sentana [Despeñaderos, Córdoba - Argentina. Enero de 2023].