Busco espacios de contención
para evitar la preocupación.
Escapo de la rutina
que me atrapa sin compasión.
Ratos de esparcimiento
con frenética acción.
La música envuelve
al baile liberador,
con gritos disimulados
en canciones desentonadas
con sabor a todo, con sabor a nada.
Descarga de energías contenidas
con la ilusión de mantener la armonía
ficticia desde el principio
y sostenida hasta el final.