¡ Me incendió una noche
tu olvido apagado.!
Una noche clara,
de estrellas morenas
danzando en el cielo
sus bailes de mayo,
tú me sonreías
mirando mi cara,
yo con tu sonrisa
vestía mis ojos
con tules de organza
y mantones de seda.
Se fundió la noche,
en vaso de barro,
con la luz naciente
del invierno ajado,
y la bruma espesa
del olvido amargo
borró de mi alma
la noche de mayo.