Cuan dificil es contener los insanos pensamientos que vuelan, arrastrados por un cálido rocío colándose hacia adentro... y nada entre la nada,
cobijando los sueños,
calentando la sangre,
moviendo el sismógrafo cardíaco.
El infierno de la soledad carcome hasta los huesos cuando el pensamiento duerme el sueño de los ausentes, cuando lo que pasa no pesa ni un pelo, cuando el inconsciente logra hacerse cargo del aire que circula a lo interno... con sentimientos oníricos, divagantes, difusos, surrealistas, y lo mejor... o lo peor, a altas temperaturas libidinosas.
Eloy Mondragón
15.08.23