Sus ojos son inquietos y serenos…
Ojos marrones y tiernos; de reflejos cristalinos,
con brillo de celofán;
de pirofórico género y de apacible ademán.
Óvalos circunferidos de perfecta geometría;
produce una fantasía
como la de un cuento Homérico.
Pero forman noche y día la perfecta simetría
de un semblante encantador.
El brillo es de su cara
que al ser común, la hacen rara
de belleza sin igual.
Mas, disímil a otros ojos
son sus ojos de charol,
que, al verlos,
Afrodita sintió celestial pavor.
Ojos como los de Psique,
quien a Eros conquistó…
Y yo, al igual que Eros,
sufro del mismo dolor.
Ojos como la esperanza
llenos de luz eternal.
Así es la luz de los ojos,
Donde habita su mirada;
ojos de mi bienamada.
¡Cerrados causan tristeza,
abiertos, gran alegría...!
Y no es paradoja o mito
¿Qué no de la misma boca
Sale de un soplo aire frío
y de un bostezo calor...?
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