Entre un poema y otro
de una palabra a la otra,
de la sílaba a la letra
con prosodia o sin
semántica;
oscila un vago tedio
y una débil armonía,
que describe el sueño
cumplido
o narra un amor
loco.
Se plasma el cuenco vacío ,
vacío en ansias locas
y enredado en jirones.
Se escribe a todo sabor
y a todo sinsabor.
Se destila la dulce miel
y se cuaja la amarga hiel,
rompe en quebranto
el alma ,
ríe sin parar la risa.
Se adormecen ilusiones,
las esperanzas florecen.
Y así , en ese enjambre
de poemas enmohecidos
yacen con la piel
fruncida
apelmazada
raída
hojas de blanco y negro
ahogadas en el silencio
de un baúl sombrío.