Desde luego
algún día moriré
pero antes de irme
tengo algunas cosas que hacer
como recorrer ciertas calles
abrasar a quien no me despedí
pero sobre todo
a una de ellas pedirle perdón
el que yo no me dí
y que ni a mencionar su nombre me atrevo
porque los años me enseñaron
que cuando hubo amor de verdad
y tan intenso como golpeaban la playa
y todavía hacen las olas del mar
solo cambia la intensidad del recuerdo
y cada día va a más.