Ben-.

Aceptaciones-.

Hay deterioros que son avances

dilataciones perfumadas como enjambres

de niños acosados, aves milagrosas,

manos que engendran suaves retornos

imprevistos. Hay una docena

de huevos putrefactos, semillas que surgen

sin corolario, esencias dispersas

que ejercen un férreo mandato.

Hay secuencias de túneles manchados

por la vecindad de sus prósperas enajenaciones,

leves promiscuidades

de altivos orgullos derrotados.

Hay centros que no son flores,

días en la mesura de la luz infinita,

una voz que superpone sus diatribas,

un caleidoscopio de ideas que convergen.

Hay unas manos que surten de aguas

a los gusanos emprendedores, castigándose

mutuamente, dos labios encerrados en sus cápsulas

de cristal. Unas campanas que rozan

el muslo quieto, la vergüenza acometida

por estrellas o cometas, y esa extraña sensación

de perseguir siempre petrificados soles.

 

 

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