¿Qué fue de nuestro amor, esa llama ardiente,
que un día iluminó nuestro camino?
Hoy solo queda un eco, triste y ausente,
de lo que fue un amor, un destino.
En los pliegues del tiempo se esconde,
nuestro amor, como un sueño distante,
y en mi corazón, la nostalgia responde,
a las preguntas que el olvido levante.
Las risas que compartimos se desvanecen,
como hojas que el viento arrastra sin piedad,
y las promesas que en un pasado dijimos,
se perdieron en la bruma de la realidad.
¿Qué fue de nuestro amor, esa melodía,
que una vez llenó el aire de susurros?
Hoy solo queda un eco, una melancolía,
un suspiro que se ahoga en el silencio oscuro.
Las miradas cómplices que compartimos,
se han convertido en miradas perdidas,
y en el abismo de lo que fuimos, nos sumimos,
buscando respuestas a preguntas no resueltas.
¿Qué fue de nuestro amor, que se desvaneció
como el perfume de una flor en el viento?
Hoy solo queda un vacío, un adiós sin voz,
una historia que se deshizo en el tiempo.
En este poema triste y nostálgico encuentro,
las palabras que intentan expresar la pena,
de lo que fue de nuestro amor, hoy en invierno,
un recuerdo en la distancia, una triste condena.
Autor: Ángel R. Anaya Puerta
El Ángel de los sueños
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