Deshojábamos las horas en esa oscura noche de invierno
Dejamos a solas, a tu cuerpo, a mis manos y nuestros labios
El calor reinante en la habitación empaño el vidrio
De la ventana que da al jardín, es por ti, por mí, es por los dos
Que están de serenatas los grillos desvelados
Te amé tanto esa noche, y te sentías tan amada
Nadie me amo tanto como esa noche, me atrapaste,
Me enredaste entre tus brazos y me subí a tu cielo,
Tú errante y peregrina por mi piel, te perdiste en mis poros
Para ser eternamente mía.