Inventemos los mañanas,
que ninguno sea igual,
salpimentemos la salsa
que les dé el sabor final…
Así encontraremos fuerzas
que nos hagan despertar,
que nos señalen la vida
como es en realidad.
Una vida que se escapa
sin poderlo remediar,
que nos dice que apuremos,
que el después no existe más…
Salpiquemos los momentos
con extra en felicidad,
y miremos a los ojos,
donde el amor siempre está…