Tenemos un abono vitalicio en el coliseo
donde actúan sin cesar todos los sentidos;
en ocasiones, las obras expresan los deseos,
otras sin embargo, el azar indica su destino.
Dramas, comedias, ficciones se escenifican
permanentemente en el gran teatro de la vida,
donde las obras esperadas se volatizan:
En suaves sonrisas de la levedad del placer,
en las carcajadas que somatiza la alegría,
en mágicos y dulces sueños de un anochecer,
en deseos cumplidos, y vividos en armonía.
Otras obras son causantes de hondas heridas:
Las cicatrizadas del amor no correspondido,
las premonitorias que preparan para sufrir,
las que adolecen de sentimientos arrepentidos,
las que invitan al miedo por el hecho de vivir.
José Antonio Artés