Alejandro

Y no me encuentro

¿Dónde putas he guardado mi silencio?

¿Dónde el amor desvencijado se ha colgado

de mis pasos abyectos?

¿Qué pasó con mi soledad bendita

bañada en ron oscuro,

bendecida entre cenizas?

¿Cuándo atribularon mi garganta

y prostituyeron mi suspiro?

 

Devuélvanme mi cínica sonrisa

de hombre solo;

si, ¡era hombre!

era viento, era torrente

de sangre hirviendo,

era fuerza de vocablo

sin abrir la boca,

era dios y semicielo,

era el fuego que quemaba

al mundo entero.

 

¿Dónde quedo mi nombre impronunciable?

-En la risa de cualquiera-

¿Dónde quedó mi fuerza, mi deidad?

-En las piernas de cualquiera-

¿Dónde, dónde dejé mi soledad?

-Acompañada por cualquiera-