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La trascendencia
se aborda con la razón,
no con la incidencia
de la emoción.
Nunca voy a olvidar
tu emotiva decisión,
al enervar la primavera
y su eterno resplandor.
Dejar atrás la historia,
y a un lado,
la pasión y el amor,
por cotidianas discordias
es marchitar la ilusión,
ajar la victoria de los días.
Caer en la desazón
es mortal herida
al corazón
que sobrevivirá
con altura y honor.