JAGC

PASEOS POR MI CIUDAD

                                                                                                  I

 

El audible fluir del río en su cauce aprisionado, lindante al parque cercado con arbustos centenarios, arrulla mi áurea mañana de tristes cuestionarios con rumores de otoño aragonés recién censado. Las ramas frondosas el sol ocultan con acierto, sombra dan al banco donde pausadamente escribo un epitafio de amistad, recuerdo dolorido, del amigo entrañable inesperadamente muerto. Tiembla la mano al escribir y alrededor advierto retales bosquejados de mi niñez casi olvidada, escuchando una banda musical uniformada, interpretando en el viejo templete algún concierto. Pronto cambiarán las hojas de verdes a marrones, el viento dispersará las agónicas hijuelas y este parque, personaje en halagos y novelas, me verá envejecido componer nuevas canciones. ¡ Arcilla y agua cosidas con hilo inextricable, tierra de Pradiel regada por el Queiles milenario, silencios en la vejez y gritos en parvulario, eres belleza en la ciudad de belleza inagotable.!