He Perdido ese Nombre
Antiguo que en las Noches más Sombrías
me Llamaba...
He Caído en el Foso Ardiente
que en un Sin fin del No Volver
Ya no Retorna a mis Pasos...
He Perdido el Caudal del Río Sonoro
que en su Dulzor Supino
Embriagaba el Rocío
de la Última y Postrer Rosa.
Rosa que Bebía el Vino del Próximo Estío
a la Sombra de una Sombra...
Sortilegios del Destino
que en Amable Sudor de Hiedras
Enredaba en mi Sur
a Aquella Sombra de la Oscura Sombra
Aguerrida en el Combate
que Oculta y Sentida
Lleva el Áurea
de mi cuerpo Mudo, Desnutrido,
Sordo y en Desatino
que Suspira Subterráneo el Latido Cruel
de Aquel Instante...
(Patricia)